Cuando las escuelas usen la Biblia como su
principal agente educador y el fundamento del estudio y de la enseñanza verán
resultados asombrosos: sentirán el poder para formar el carácter y dirigir la
vida por el camino del servicio abnegado. Porque su estudio es el gran
estímulo, la fuerza que constriñe, que vivifica las facultades físicas,
mentales y espirituales y le da un cauce correcto a la vida (White, 1959).
No hemos de elevar nuestra norma tan sólo un
poquito sobre la norma del mundo, sino que hemos de hacer la diferencia
incontestablemente evidente. La razón por la cual hemos tenido tan poca
influencia sobre nuestros parientes y amigos incrédulos, es que ha habido una
diferencia poco categórica entre nuestras prácticas y las del mundo. Es por
ello que todo aquel que enseña la Palabra ha “de hacer de ella algo propio
mediante una experiencia personal. Debe saber qué significa tener a Cristo”
(White, 1971, p. 2).
MODELO CURRICULAR
El modelo curricular se fundamenta en las
Sagradas Escrituras y los escritos de Elena de White sobre la educación. Se
basa en la Declaración de Filosofía de la Educación Adventista, que define las
expectativas de la Iglesia Adventista del Septimo Día (IASD) en la formación de
los estudiantes, y atiende la reforma educativa elaborada por la Secretaría de
Educación Pública de México (SEP).
Esta propuesta curricular integrada garantiza una educación que
tenga la mejor calidad reconocida por las autoridades gubernamentales desde la
perspectiva adventista, que es más amplia y profunda, porque tiene como fin
primario una relación salvadora con Jesucristo, como fin último la preparación
para el servicio, y como fines secundarios la formación de un carácter útil para
esta vida y la venidera.
ELEMENTOS CURRICULARES ESENCIALES
El modelo curricular contiene algunos elementos esenciales que son
los hilos conductores de la educación adventista desde el nivel preescolar
hasta la educación media superior. Estos elementos esenciales, que están presentes
en todos los niveles se desarrollan de modo cada vez más amplio y más profundo
a medida que el estudiante avanza en su proceso educativo.
Los
elementos curriculares esenciales son los siguientes:
Comunión con Dios y compromiso con la iglesia:
El desarrollo de una relación salvadora con Cristo, una vida
devocional, sentido de pertenencia y compromiso con la IASD y la misión mundial
evangélica dada por Jesús a sus seguidores.
Orientación al trabajo útil:
El
desarrollo de hábitos de laboriosidad, una actitud positiva hacia el trabajo
útil y el aprendizaje de habilidades prácticas relacionadas con el desarrollo y
talentos del estudiante para la formación del carácter y la promoción de un
espíritu emprendedor.
Misión de servicio a los necesitados:
La sensibilidad hacia las necesidades de otras personas, con
habilidades y actitudes para resolver creativamente los problemas de los
necesitados con abnegación y sacrificio, reflejando el amor de Cristo.
Pensamiento analítico y reflexivo para la toma de decisiones
sabias:
Una cosmovisión de la vida presente y eterna por medio del
desarrollo de las facultades altas del pensamiento para diferenciar lo
verdadero de lo falso, lo valioso de lo poco importante, y lo profundo de lo
superficial en la toma de decisiones que concuerden con los principios de la
Biblia.
Reconocimiento, valoración y expresión de la belleza y el arte:
Apreciación, expresión y producción del arte en sus diferentes
manifestaciones, desde una perspectiva bíblica.
Observación e investigación de la naturaleza, el mundo y una
proyección del futuro:
El estudio
profundo de la ciencia entendida como la naturaleza y sus leyes creadas por
Dios. El análisis de la historia, el mundo actual y sus relaciones sociales,
políticas y económicas desde la perspectiva del conflicto cósmico entre el bien
y el mal. La percepción de la naturaleza y los acontecimientos mundiales con un
sentido de esperanza en una vida eterna y una tierra nueva.
Manejo de la lengua y las matemáticas:
Dominio de las habilidades de comunicación oral y escrita de
acuerdo con el nivel de desarrollo del estudiante, basadas en una ética
bíblica. Dominio de las habilidades matemáticas acordes a la edad para el desenvolvimiento eficaz en la vida práctica.
Interacción con uno mismo, los demás, el medio y el país:
Sentido de identidad y valoración personal que trasciende en una
capacidad para las relaciones interpersonales en ambientes diversos con una
ética basada en la Biblia. Responsabilidad cívica, respeto a la diversidad y
compromiso con el desarrollo sustentable, fundamentados en los principios bíblicos.
Salud y estilo de vida saludable:
Cuidado del cuerpo, la salud, y la prevención de enfermedades a
partir del conocimiento del funcionamiento del cuerpo humano y las prácticas
saludables fundamentadas en los principios divinos. Incorporación de hábitos de
estilo de vida que trasciendan el aula e involucren a la familia y la
comunidad.
Optimización en el uso de los recursos y la tecnología:
Uso equilibrado de los recursos personales (tiempo, dinero,
habilidades, etc.) que promuevan el desarrollo integral del estudiante. Uso de
los recursos tecnológicos al alcance de modo que propicien una vida simple,
equilibrada, proactiva y plena. Estos elementos esenciales aparecen en
distintos niveles de amplitud y profundidad de acuerdo con el nivel.
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